¡Oye, Adrian! La voz de Rocky Balboa es tan icónica como la taza de Stallone, y si quieres llevar todo ese encanto de los desvalidos a tu proyecto, definitivamente estás donde necesitas estar.
Rocky Balboa, el semental italiano, saltó al ring, y a nuestros corazones, en 1976. Syvlester Stallone, el cerebro detrás del guión (que lo hizo vender incluso a su amado perro mientras trataba de llegar a fin de mes) se convirtió en una sensación de la noche a la mañana con el historia de un boxeador aficionado con mala suerte que intenta triunfar y lucha contra la inseguridad, y una vida dura en Filadelfia. La voz de Rocky Balboa, con sus gestos arrastrados y su encanto bien intencionado, es tan parte del personaje como su sombrero y su icónica chaqueta de cuero. A través de sus muchas secuelas y spin-offs que se extienden hasta bien entrada la década de 2010, es seguro decir que Rocky está en la cultura pop Mount Rushmore.
¿A quién no le gusta una buena historia sobre un tipo que llega a la cima? A juzgar por las muchas secuelas de la franquicia Rocky, es una receta tan garantizada para el éxito como ver al propio Sly corriendo esos pasos icónicos. Y la franquicia Rocky en sí no se limita solo a las películas, aunque ahí es donde comenzó. Hoy en día, es un imperio multimedia que abarca cortometrajes de animación, películas derivadas y videojuegos. La voz de Rocky Balboa es una parte tan importante del papel como el físico y el carisma de Stallone. Ya sea que esté haciendo una historia corta dramática protagonizada por el semental italiano o parodiando la entrega de Sly para un comercial o un anuncio, la voz de Rocky es un activo inconfundible.
Profundo, con acento de Filadelfia y un acento distintivo que es tan icónico como entrañable.
Profundo, con acento de Filadelfia y un acento distintivo que es tan icónico como entrañable.
